sábado, 10 de agosto de 2013

La Llamada...

Una voz jovial, dulce, cálida como la más agradable luz del verano, contesta al teléfono.

 -Hola, ¿qué tal? (Allí respiro, siento que mi corazón se detiene por unos milisegundos) Alcanzo a recuperar el aliento y hablarle...
  
-¡Hola! Tengo varios días sin hablarte, ya sabes, cosas del tiempo, de la vida... Te extraño a rabiar, no puedo esperar volver a verte.

 -Bueno, yo también, tranquilo... No pasa nada. Justo ahora estaba cenando, ¿quieres hablar en videollamada?

Con voz ansiosa y nerviosa le contesto, mientras comienzo a dar vueltas sin mucho sentido por los pasillos del apartamento...
  
-Pues claro, claro que sí, soy sólo yo y Mafalda (Mi mascota) los que estamos aquí... si no te importa.

 -Pues no, claro que no... Te espero, voy a conectarme, ¿está bien?
  
-Si, si... está bien, ahora nos vemos.

Sigo dando vueltas, no podía verme así, tan desaliñado, tenía que peinarme, lavarme la cara...
Estas ojeras sí son imposibles, espero que no note tanto eso...

¿Y la barba de tres días? Bueno quizás le agrade, ya hice todo lo que pude, me miro al espejo, nada más que hacer, escribí un artículo sobre esto hace meses, los hombres no podemos hacer demasiado una vez que nos miramos al espejo.

Recién peinado fui a la pantalla, esperé por la imagen...

Esa imagen de un ángel que hace 7 años, ilumina todo lo que hago, ya me había escrito algo, esperando por mi... sólo dos sílabas, que hacen magia: "Papá"

Alejandro Suárez Basso.
@AlejandroSBasso

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