
Una de las aficiones favoritas del escritor Miguel de Unamuno fue la
papiroflexia. No era extraño verle en algún café plegando cuartillas o servilletas de papel y regalando después las
papirolas, que es como se llaman estas figuras, a quienes se las solicitaban. Tal destreza alcanzó que inventó un modelo de
pajarita con el que lo pintó Gutiérrez Solana en un conocido retrato. Incluso escribió una obrita sobre esta ciencia que tituló
Apuntes para un tratado de cocotología. Porque el arte de construir pajaritas de papel se conoce también con ese curioso nombre,
cocotología, una palabra que viene del francés
cocotte -gallina, ave, pajarita-, en lenguaje infantil y coloquial.
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